¿Sabías que uno de cada 10 jóvenes entre los 15 y 19 años refiere haber vivido alguna situación de violencia (física, emocional, psicológica, etc.) en su relación de pareja, y que esto aumenta al 16% a la edad de 20 a 24 años?

La importancia de la comunicación en la pareja

La negociación es fundamental en las relaciones, como un punto clave para el bienestar. En una pareja se unen dos personas que tienen diferentes formas de ver las cosas, por lo que es importante a la hora de negociar, transformar tus frases de forma positiva. Esto requiere de trabajo y hay que dedicarle algunos segundos antes de hablar. 

- Argumenta desde el “yo”, por ejemplo, en lugar de decir “tú nunca tienes tiempo para mí”, puedes decir “me siento solo (a), me gustaría pasar más tiempo contigo”. 

- La fórmula de decir cómo te sientes y luego una propuesta sencilla que dé una solución.  Esto cambia radicalmente el curso de la discusión.

Establece límites

El establecimiento de límites en la relación permite una mejor comprensión del tipo de relación que tú y tu pareja desean llevar. Los límites no son para limitar las libertades ni tampoco representan un signo de desconfianza, más bien es una forma de comunicar con lo que te sientes cómodo; y lo que te gusta o no dentro de una relación. Ambas partes respetan los derechos de cada uno de tomar decisiones sobre su vida, pasatiempos y amistades.

Los límites te permiten:

• Salir con tus amigos, sin tu pareja
• Participar en las actividades y pasatiempos que te gustan.
• No tener que compartir contraseñas de páginas personales o celular.
• Respetar gustos y necesidades individuales.

¿Por qué hablar de violencia en el pololeo?

Cuando hablamos de violencia, muchos piensan en golpes. Sin embargo, el mayor porcentaje de violencia en los jóvenes corresponde a una violencia psicológica y emocional, como la manipulación, chantaje, amenazas, control, entre otros.

Las conductas violentas varían en severidad, pero se han identificado las siguientes: 

1. Abuso físico: infligir dolor físico por ejemplo: empujones, mordiscos, puntapiés, tirar el pelo, asfixiar y golpear, en general. 
2. Abuso sexual: contacto sexual sin consentimiento o cualquier exploración o coerción sexual, incluyendo acariciar. Rehusarse a aceptar la abstinencia o a utilizar métodos de barrera en la relación sexual.
3. Abuso psicológico: provocar angustia al controlar y limitar el acceso a los amigos, la universidad o el trabajo y aislamiento de otras relaciones sociales o encierro; obligar a presenciar involuntariamente imágenes o acciones de violencia, intimidación, uso de ofensas y/o armas. 
4. Abuso emocional: críticas destructivas, humillación, degradación, insultos, malos tratos y uso de sobrenombres que deterioran la autoestima de la persona a quién se dirigen, ya sea en público o en privado.
5. Abuso económico: forzar a la dependencia material, explotar financieramente y controlar el dinero, entre otros.
6. Negligencia deliberada: en el caso de tener hijos juntos, negarse a cumplir con las obligaciones como padre o madre con el fin deliberado de lastimar.
7. Negligencia no deliberada: fallas en el cumplimiento de tales obligaciones, pero sin intención explícita de hacer daño.
8. Abuso digital: monitoreo a través de la tecnología, ya sea a través de la solicitud de claves, revisión de dispositivo, acoso y control, entre otros.

Un estudio en universitarios mostró que en un incidente de violencia física severa, el 33,3% de las mujeres y el 42,7% de los hombres no le comentan a nadie. Dentro de las razones la que más destaca es “no pensé que lo que me sucedió fuera suficientemente serio, o un crimen” en un 34,6% de las mujeres y en un 50% de los hombres.

Pese a que en la violencia de pareja se tiende a culpar al hombre como maltratador, estudios muestran que ambos géneros presentan altos índices. Los hombres son más propensos a emplear la violencia para intimidar o infundir miedo, mientras que las mujeres más a menudo utilizan la agresión (verbal o emocional), para defenderse o llamar la atención de su pareja. La violencia de tipo psicológico tiende a preceder a la física, por lo que si recibes cualquier tipo de violencia, cuéntale a alguien o solicita apoyo. Lo que hagas en este momento puede determinar tu bienestar y la calidad de tus relaciones futuras.

¿Cómo pedir ayuda?

Todo estudiante de la UC que esté siendo víctima o testigo de situaciones de abuso, acoso, maltrato físico, psicológico o violencia, puede llamar al Fono-Ayuda UC para orientación, apoyo e información acerca de procedimientos que tiene la Universidad para investigar y sancionar, si corresponde. El teléfono es 95339929. Todas las llamadas son tratadas de forma confidencial.

Promueve el buen trato en tu relación:

• Escucha y respeta los intereses y necesidades del otro
• Acepta las sugerencias que se te hagan para mejorar y agradécelas 
• Haz explícitos tus intereses y tu cariño
• Resalta sus cualidades y características positivas
• Expresa con claridad y asertividad tus sentimientos y pensamientos
• Frente a una diferencia de opinión, el diálogo y la negociación son la mejor forma de resolver los conflictos 

La violencia perjudica a hombres y mujeres. Las relaciones igualitarias son beneficiosas para todos y ambos sexos son necesarios para construir una sociedad sin violencia

¿Crees que tu relación es saludable? ¡Te invitamos a contestar un breve test para saberlo!

Fuentes:

Instituto Nacional de la Juventud (2012). VII Encuesta nacional de Juventud.

Lehrer, Lehrer, & Oyarzún (2009). Violencia sexual en hombres y mujeres jóvenes en Chile: Resultados de una encuesta a estudiantes universitarios. Revista Médica de Chile 139, p. 599 – 608.

Vizcarra, Poo & Donoso (2013). Programa educativo para la prevención de la violencia en el noviazgo. Revista de Psicología 23 (1), p. 48 – 61.

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