Actualmente el Programa Hearts para las Américas, dirigido por la Organización Mundial de la Salud, entrega una guía de implementación y enfoques estratégicos para mejorar la salud cardiovascular en la población. Las intervenciones se buscan implementar desde los factores de riesgo conductuales para abordar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular: 

●Tabaquismo: Con al menos 250 químicos nocivos y 69 que son cancerígenos. El tabaco afecta a diversas partes del cuerpo y es uno de los principales factores de riesgo para las ECV. Por otro lado, el cese del tabaco tiene beneficios como disminuir la dificultad respiratoria, la probabilidad de sufrir un infarto, disminuir la infertilidad y la disminución de trastornos de asma y otitis media. Además, existe una mejoría de los sentidos del gusto y olfato. 

●Consumo de alcohol: El consumo de alcohol aumenta el riesgo de aparición de ECV, además de tener consecuencias sociales y económicas para los individuos. Por otro lado, afecta la salud bucal, aumentando la posibilidad de desarrollar periodontitis y daño en los tejidos periodontales.

●Alimentación saludable: Una alimentación poco saludable se caracteriza por un bajo consumo de frutas y verduras, y un elevado consumo de sal, azucares y grasas. Lo anterior puede dar lugar a cáncer, diabetes y deficiencia de micronutrientes. Se debe consumir una variedad de aliementos, almenor 5 porciones de frutas o verduras al día, menos de 5 g de sal, 

●Actividad física: Las personas que no hacen actividad física tienen mayor probabilidad de sufrir una muerte prematura por la aparición de las ecv, cáncer y/o diabetes. Se debe realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada (que la frecuencia de la respiración o los latidos del corazón aumenten) o 75 minutos de actividad física vigorosa (nadar, andar en bicicleta o practicar algún deporte).

Cuando los hábitos saludables ya no han sido eficaces se pueden presentar factores metabólicos que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Dentro de los cuales encontramos la presión arterial elevada, la obesidad, los niveles de azúcar y colesterol elevados. Todos los factores anteriores producen un periodo proinflamatorio, el cual repercute en daño en los vasos sanguíneos y deterioro en los diversos órganos del cuerpo. 

Es por lo anterior, que es de gran importancia que se puedan realizar acciones para fomentar nuestros hábitos saludables y así mantenernos plenamente en equilibrio físico, psicológico y social.