Optimismo: cuando ver el vaso medio lleno importa

“Hay que tomarse la vida con humor”, ¿te suena conocido? La verdad, aquel dicho es una excelente recomendación, pues se ha comprobado que el optimismo tiene efectos positivos en nuestra salud y bienestar.

¿Qué significa ser optimista?

Ser optimista significa tener una expectativa general de que en la vida ocurrirán cosas positivas y favorables. Las personas optimistas tienen la voluntad de querer persistir cuando enfrentan la adversidad, por lo que se esfuerzan más para alcanzar las metas. Eso sí, ser optimista no se trata de creer que todo va a salir perfecto, sino más bien mentalizarse en “puede salir bien, pero debo esforzarme para eso”. 

Por otro lado, las personas pesimistas tienden a fracasar más frecuentemente, ya que responden al estrés de una forma poco saludable, se sienten culpables por los problemas y no se comprometen tanto por cumplir sus metas. 

Optimista, ¿se nace o se hace?

Varios estudios han demostrado que el ser optimistas es una capacidad aprendida principalmente a lo largo de la adultez, debido a las habilidades que vamos desarrollando conforme pasan los años y a las experiencias que vamos viviendo. No tiene nada que ver con nuestra procedencia, lugar de nacimiento ni nivel socioeconómico, por lo que todos tenemos el potencial de ser optimistas y ver el vaso medio lleno.

¿Qué beneficios trae a nuestra salud el optimismo?

Los beneficios a la salud son variados. Por ejemplo, los alumnos universitarios con actitudes optimistas se adaptan mucho mejor a la vida académica y mantienen un estado de bienestar, aun cuando reprueben asignaturas. En cuanto a la salud mental, las personas optimistas sufren menos de depresión y de ansiedad.

Existen estudios en individuos que se someten a cirugías, donde el mantener una actitud positiva les ayudó a recuperarse de forma más rápida y a tener sensación de bienestar. En personas viviendo con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), el optimismo mejoró la función de su sistema inmune, algo vital para mantener la enfermedad bajo control y una buena calidad de vida.

Además, las personas optimistas suelen tener hábitos más saludables, por lo que a largo plazo presentarían menos enfermedades crónicas y vivirían muchos años más.

¿Cómo practicar mi optimismo?

Ser optimista bajo situaciones de estrés puede ser muy complicado, pero es justamente cuando más lo necesitamos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para ejercitar tu lado optimista:

  • Cada día anota al menos tres cosas buenas que te hayan sucedido.
  • ¿Sientes que te has equivocado o que acabas de vivir una mala experiencia? Concéntrate en lo positivo con lo que podrías quedarte. Por ejemplo, alguna enseñanza.
  • Para alcanzar un objetivo, plantéate metas sencillas y realistas.
  • En situaciones de ansiedad, intenta visualizar pensamientos positivos. Está comprobado que tu ritmo cardiaco se normalizará y te sentirás mejor.
  • ¿Sientes que tuviste un día de trabajo duro y esfuerzo? ¡Recompénsate!
  • Intenta entablar amistad con personas que vean la vida de modo optimista.
  • Si estás viviendo una situación compleja en tu vida, trata de tomar medidas concretas al respecto. Enfócate en la solución, no en el problema, y en tus fortalezas en vez de tus debilidades.
  • ¿Te sientes sobrepasado y con mucha dificultad para llevar una actitud optimista? Puedes pedir una hora al psicólogo en Salud Estudiantil, en el 3° piso del Hall Universitario de Campus San Joaquín, sin costo para ti.

¿Te gustaría enviar un mensaje positivo?

Envíanos tu frase positiva, la que será almacenada en un “Banco de Mensajes Positivos”. Puede ser con nombre, pseudómino o de forma anónima. Los mejores mensajes serán seleccionados para ser trasmitidos a todos los alumnos de la UC durante el año 2016.

 

Con la colaboración del Instituto del Bienestar.

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